La Cocina en el Virreinato del Río de La Plata

Arqueta. Guadalajara (México). 1762.
Vasija. Chile. Siglo XVIII.
Arqueta. México. Siglo XVII.

En la época precolombina, la zona estaba habitada por varias razas y diversos grupos indígenas que, a su vez, estaban divididos en distintas etnias, y poseían sus propias técnicas gastronómicas, agrícolas, pastoriles y de caza. Estos pueblos preparaban su alimento a base de carnes de caza, pescado y maíz. Había dos tipos de suelo, los horizontales y los en declive. En estos últimos, la agricultura solo era posible construyendo paredes de piedra de varias alturas, que permitían a los indígenas nivelar el suelo y proteger la siembra de los torrentes.

En el siglo XVI, los españoles introducen el ganado bovino, equino, porcino y ovino, además de otras aves, frutas, plantas y semillas diferentes a las autóctonas. Con la llegada de las especias, empezaron a cultivarlas. Pero no solo introdujeron productos alimenticios, sino también sus costumbres y cultura, a las que algunos indígenas se doblegaron, pero otros no y fueron olvidados y enterrados en la memoria colectiva de la nueva tierra.

De la unión de españoles e indios nació el gaucho; este personaje impuso una costumbre que ya existía en el gusto indígena, “el mate”, bebida que le acompaña a todas horas, como desayuno, como digestivo después de las comidas, antes de un churrasco, que es carne asada a las brasas o cenizas calientes y que para muchos es alimento fundamental, en las reuniones, a la hora de contar historias o cuentos y, a veces, incluso como único alimento.

En el centro abundan los guanacos, vizcachas, liebres y armadillos. Estos últimos eran cocidos dentro de su propio caparazón, pimientos, tomates y zapallos. En el noroeste, por influencia de la cultura guaraní, contaban con platos con, venados, corzuelas y coatíes. Entre los vegetales, la mandioca, las judías, los cacahuetes y las batatas. Los jesuitas llevaron el arroz y el trigo. En la zona de la Pampa, Juan Ortiz de Zárate introdujo siete vacas y un toro, que se reprodujeron rápidamente. Muchas veces se llegaron a sacrificar animales solo por su sebo o por su cuero. El ganado se consumía casi exclusivamente asado en todas sus formas: asado con cuero, a la parrilla o a la estaca.